Con cortometraje y obra de teatro sensibilizan sobre zarigüeyas

‘¡Huay! ¡Un zorro en mi patio!’ debutó en el Teatro Felipe Carrillo Puerto

En la lucha por convencer a la ciudadanía de que las zarigüeyas son aliadas y no enemigas de los seres humanos, investigadores, animalistas y personas interesadas en la conservación se valen de todas las herramientas posibles, incluido el arte.

Como parte del Primer Congreso Nacional de Marsupiales Americanos, comunidad del Centro de Investigación Regional Dr. Hideyo Noguchi de la UADY creó la obra de teatro ¡Huay! ¡Un zorro en mi patio! con el que se busca que niñas, niños, adolescentes y personas adultas conozcan el lado bonito de esta especie.

Así, la obra debutó en el Teatro Felipe Carrillo Puerto ante decenas de asistentes de todas las edades, quienes disfrutaron de la historia de una familia que se enfrenta a la presencia de estos animales en su domicilio.

Los integrantes de la familia discuten sobre la posibilidad de que transmitan enfermedades o pelean a causa de las afectaciones, como el hecho de que se coman los huevos de las gallinas o la fruta de las matas.  

Tras informarse sobre la dinámica de la especie y todos los beneficios que representan para el ser humano, la familia finalmente acepta una convivencia pacífica con los ejemplares que visitan su casa. 

En el montaje participaron estudiantes de diversas facultades de la UADY, quienes se han mostrado interesados en participar en acciones de conservación de esta especie.

Además, dentro de las actividades del segundo día del Congreso, se proyectó el cortometraje Zarigüeya, dirigido por Mario Galván Reyes, académico de la UADY.

La pieza busca transmitir el mensaje de que la naturaleza no nos pertenece y no tenemos derecho a lastimar a ningún ser vivo, pero a través de la historia de Emily, una niña de 11 años que se da cuenta del entorno hostil en el que viven las zarigüeyas y la amenaza que representa el ser humano para estos animales.

Emily descubre que en su pueblo rechazan a las zarigüeyas por considerarlas repulsivas y transmisoras de enfermedades, pero al encontrar a un ejemplar lastimado no puede resistir sus deseos de ayudarla y la lleva a casa.

Luego de ser descubierta por su madre, Emily huye al monte, donde conoce a René, quien le comparte todos los beneficios de la especie y la ayuda a culminar el proceso de rehabilitación para liberar al ejemplar.

Las personas creadoras de estas piezas buscaban crear historias que ayuden a erradicar la mala fama de esta especie que es tan relevante para el equilibrio ecosistémico y que no representa ninguna amenaza para el ser humano. 

La Jornada Maya